#ElPerúQueQueremos

Vidas de celuloide

TEATRO / CRÍTICA / La película, de Annie Baker, dirigida por Mikhail Page, en el Teatro de Lucía

Publicado: 2019-06-23

Escribe CARLOS M. SOTOMAYOR / Foto: Prensa 

En un momento de la obra, uno de los personajes, Avery, le cuenta un sueño que tuvo a su compañera de trabajo, Rose. Le confiesa que en él –entiéndase, en el sueño– todas las personas que lo rodean le parecen falsas. Rose le inquiere sobre si él también lo es. La respuesta del joven Avery es afirmativa. A veces; es difícil no serlo. Me parece que esta escena, que he tratado de recrear apelando a la memoria, radica el punto central de La película (The flick), la estupenda obra de teatro de la dramaturga norteamericana Annie Baker.

A través de esta obra, Baker indaga sobre la conducta humana, proclive siempre a elaborar máscaras tras la cual ocultar lo que realmente somos. Y esa me parece la premisa principal de La película, tres personas (Avery, Rose y Sam) que coinciden en un trabajo a todas luces miserable: un cine en decadencia –con una sola sala en tiempos del surgimiento de los multicines– que parece aferrarse al cada vez más extinto mundo analógico. Y, claro, ese también es otro gran tema: el paso del tiempo, el cambio.

La puesta en escena, planteada con agudeza por Mikhail Page, es sobria y precisa, y quizás su mayor mérito sea justamente enfatizar los logrados diálogos pergeñados por Baker. Diálogos intensos, descarnados, reveladores que se van sucediendo a lo largo de una obra que va de la comedia al drama, constantemente, incidiendo en nuestro estado de turbación como espectadores. Situaciones tragicómicas en las que reímos con una mezcla de sinsabor por lo terrible de la situación que se nos expone: las solitarias y patéticas existencias de los personajes.

El trabajo actoral cumple. Aunque sin duda, es Joaquín de Orbegoso (Sam) el que sobresale nítidamente por su experiencia escénica que le da mayor oficio al momento de trabajar los matices de su personaje. Lo que no consigue del todo Job Mancilla (Avery), muy efectivo en los momentos de humor, pero que aún no logra hacer lo propio en los momentos dramáticos. Se evidencia más en un par de escenas, sobre todo en la final –en esa brillante escena en términos de guion–. Alicia Mercado, por su parte, lo hace bastante bien (gran manejo gestual, por ejemplo).

La película es una gran obra. Baker es sin duda una de las dramaturgas norteamericanas más interesantes en la actualidad. Y Page ha sabido, a pesar de unos detalles, edificar un montaje sobrio, que logra enganchar al espectador, pero, sobre todo, confrontarlo. Y eso se agradece. Una puesta en escena para recomendar.

Cuándo y dónde
En el Teatro de Lucía (Bellavista 512, Miraflores). De jueves a lunes (8 pm) y los domingos (7 pm). Hasta el 7 de julio. Entradas en Teleticket y en la boletería del mismo teatro.

Escrito por

Carlos M. Sotomayor

Escritor y periodista. Ha escrito en diarios y revistas como Expreso, Correo, Dedo medio, Buen salvaje. Enseña en ISIL.


Publicado en

ESPACIOS. arte & cultura

Editor: CARLOS M. SOTOMAYOR // Colaboradores: ZABETH DÍAZ / ERIKA MARUSIC